
De pana que hay gente que está viviendo en la estratosfera (o más allá).
Supongo que la necesidad de escapar de la realidad está empujando a mis compatriotas (mesmos) a las redes de la fantasía y la locura. Son estos casos que me empujan a pedir el asilo australiano.
CASO 1: BLACKBERRYTIS (no aguda sino terminal)

Hasta el perro tiene un BEBÉ (como cariñosamente le han apodado en la jerga vernácula). Te preguntan 1000 veces cuando te vas a comprar el tuyo.
En estos días me dice una de esas pacientes (porque la verdad es que están enfermos): "Ok, bueno dale, te paso un ping para confirmar". O sea, la caraja ya de entrada supuso que yo tenía un BEBÉ. ¿Es que la vaina está tan generalizada así?
Tu los ves, pasan horas sentados allí, frente a la pantallita, riendo solos, murmurando cosas, y de repente... moviendo los dedos en un acto frenético sobre la bolita (o el cuadrito) o sobre las diminutas teclas. No importa el evento o el momento, no importa si están manejando, tirando o en el cine.
He llegado a escuchar de gente que viaja, solamente para actualizar la foto del PING!!! GUATAFOC!!!!!!!!!!!!