domingo, 29 de agosto de 2010

IELTS en Caracas... La Aventura

Creo que lo didáctico de este post, en particular, es resaltar las diferencias del sistema de evaluación que el British Council ha implantado recientemente.

La fecha: 05 de Agosto de 2010.

El lugar: Hotel Caracas Palace en Altamira

Sobre estos dos datos hay ciertos aspectos que resaltar.



Como la fecha de la prueba era en Agosto, esta fue la única prueba que tuvo inscripciones abiertas por más de un mes. Para los que no lo sepan, es tal la demanda por esta prueba (tanto para los que presentan la primera vez como para los que la están repitiendo) que los cupos se agotan en apenas 2 semanas, y a veces hasta menos.

Durante el último año, las pruebas de IELTS se habían estado realizando en el Centro Plaza en Altamira. Muchos de los asistentes se habían quejado en varias oportunidades de que la cola debían hacerla fuera del edificio, a pleno mediodía, por lo que más de uno ya empezaba la prueba con un dolor de cabeza.

Tanto el día como el lugar parecían perfectos. No había ya mucho tráfico en Caracas, podía llegar al sitio en Metro, y las instalaciones del Hotel eran perfectas, o al menos así todo parecía.

Cuando llegué al lobby a las 12:50 p.m. (10 supuestos minutos antes de la prueba), me encontré con 3 compañeros del curso de Christine y otros 2 con los que había hecho curso en el British. Hablamos un pelo hasta que nos mandaron a subir al piso 7.

Una vez arriba, empezó el viacrucis (literalmente).

Cuando el BC dice solamente lleve un cambur, Ud. solamente debe llevar un cambur. Si el BC le dice que se ponga un disfraz de payaso, piense en Popi mientras se viste. Cometí el crimen de llevar mi billetera, mi celular, el carnet de mi oficina, mi reloj de pulsera, y un paraguas; por lo que me tuve que mamar una cola de 200 personas para dejar mis cosas como en el supermercado. NADA QUE SUENE, gritaba una voz en el fondo.

Este proceso de dejar las cosas duró una media hora, y hasta que no hubo terminado completamente, no dejarían entrar a nadie al aula.

Finalmente, lápiz, borra y sacapuntas en mano nos dijeron que cada uno de los aplicantes íbamos a ser llamados y ubicados dentro de 1 de los 10 sectores del salón, por lo que debíamos estar atentos a nuestros nombres.

Y empezaron… TODESCHINI, PANINI, FIORENTINI, PALEMONE, CHIOSSONE, GIROLAMO, DI PRISCO, VERMICELLI, RAVIOLI, DI BLASIO, BERLUSCONI, PAVAROTTI,…


- Cristo, me dije, después que los italianos nos invadieron ahora se quiere ir.

De los 215 aplicantes, sin mentir, escuché al menos unos 150 apellidos italianos diferentes. Hubiesen entonces realizado la prueba en el Club Italo de Los Campitos, al menos tiene senda piscina y le hubiesen cobrado descuento por volumen J.

Bueno, nada, a esperar mi apellido. Creo que sólo habíamos 2 Pérez. Cómo era de esperarse fui de los últimos en ser llamados.

Este proceso duró al menos una media hora completa. No había silla para esperar sentado, por lo que habíamos muchos disfrutando la solidez del suelo en las posaderas. Jamás pensé que agradecería por un suelo con alfombra.

Me tocó el sector 7 u 8, no recuerdo. Compararon mi cara (aquella que sólo puede tener alguien después de estar 1 hora y 15 minutos de pie o disfrutando el piso), con la de la foto de mi cédula, así como la foto que me tomaron el día que me inscribí para la prueba. En todas parezco salido del Crepúsculo o Luna Nueva (pero no de hombre lobo, sino de flacucho ojeroso).

Finalmente, cuando no había más nadie a quien llamar, comenzaron a pasar las 215 personas, de 2 en 2, acompañados de uno de l@s chic@s del BC.

Apenas entré sólo ví 3 cornetas, de esas que usan las minitecas en los matrimonios, aguantadas sobre un trípode de un metro de altura, e inmediatamente pensé, aquí la ventaja está en aquellos que no estén ni muy cerca ni muy lejos de la corneta. Me dije, “No estoy en manos de Dios, sino de la Fortuna o de Las Parcas, salgo vivo o muelto.”

Y es que resulta que nadie estaba en capacidad de escoger su puesto: mi silla y mi mesa ya estaban de hecho esperándome a mi, con mi cara vampírica estampada en un carnet colocado encima de ellas.

Comencé a entrar en la sala, y como levitando sobre el piso, ví como una de las cornetas pasaba al lado mío y se alejaba: FUCK!

Si Christine Johnson rezó alguna vez, aunque sea pidiendo que le pusieran agua por más de dos horas para lavar el carro, Dios le entendió mal su chicloso español, y le respondió sentándome cerca de la otra corneta que no había visto.

Alabado sea el que sea!



Obviamente, la prueba no comenzó hasta que hubiera entrado el último de los Mohicanos, porque esa era la cara de todos nosotros: indios.

Allí estaba sentado yo, viendo a Nosferatu en ese espejo que llaman foto, con mi Candidate Number impreso en el carnet, escuchando las instrucciones en un limpio inglés: “You are not allowed to… hablar, comer, voltear, mear, murmurar, pensar en Chavez,… un monton de vergas.”

Finalmente, de un momento a otro, escuché una voz familiar, con un acento marcadamente británico y perfectamente entendible. El listening había comenzado.

La primera parte, una chica llamando a una clínica pidiendo información sobre los procedimientos administrativos y de salud, y su segunda parte, la enfermera tomándole los datos (nombre, dirección, teléfono,…). 10 preguntas entre ambas secciones.

La tercera parte, un par de chamos discutiendo el mejor método para recolectar información sobre un tema escolar. 15 preguntas.

La cuarta parte, una charla sobre la construcción del túnel submarino entre Francia e Inglaterra, afinando sobre detalles en las fechas y ciertas partes del túnel. 15 preguntas.

Finalizada esta sección de la prueba, hubo 10 minutos para transferir respuestas del booklet al answer sheet.

Copie respuestas, comparé con las anotaciones que había hecho. Listo.

Tomé agua de la botella que te dejan pasar. Estaba tibia. Necesitaba azúcar desesperadamente.

En efecto, el consumo de azúcar permite transferir más rápidamente la energía por medio del ATP, facilitando la sinapsis neuronal e incrementando la capacidad de respuesta en unos microsegundos menos. Pero no tenía caramelos, ni nada contentivo de glucosa, sacarosa, sucralosa o papelón.

Arrancó el Reading. El hombre fue claro, esta vez no darían tiempo adicional para transferir las respuestas al answer sheet, por lo que debíamos ser más rápidos en esta prueba. La razón: no tengo la más puta idea.

La primera sección, un texto de apenas 15 líneas, con dibujitos y en letra 20, tipo infantil. Era una descripción de un parque nacional en un monte yankee. Había un peo con un tren, que si subía, que si bajaba, que si cargaba troncos o gente. Era un texto bien “trikkie”, pues si no conocías el significado de al menos 4 palabras, todo perdía sentido en las respuestas… que dicho sea de paso… eran unas TRUE/FALSE/NOT GIVEN. 5 preguntas.

La segunda sección, unos clasificados sobre las características de unas galerías de arte. ¿Cuál de las galerías es grande? ¿Cuál es chiquita? ¿Cuál es marginal? ¿Cuál es chavista?... 10 preguntas. Un pajazo.

La tercera sección, ni me acuerdo, pero sé que fue otro pajazo. 10 preguntas.

La cuarta sección estaba largoide. Era una mezcla de artículos entre General y Academic. 15 preguntas distribuidas en dos partes diferentes.

Como ya había estado escribiendo respuestas en el answer sheet, el asunto de los minutos no me golpeaba tanto. Para un pana que estaba adelante no fue igual, y hasta el sol de hoy he querido saber qué carajo le pasó.

En efecto, entre las preguntas 20 y 21 del Reading, le booklet traía una respuesta modelo, tal como se observa al inicio del Listening. Imagino que por el hecho de no tener tiempo adicional para transferir respuestas, más el hecho de andar a la carrera con la prueba en sí, aunados los nervios, produjeron que el aplicante solapó las respuestas, de modo que, o le faltaba o le sobraba una respuesta. Cuando se dio cuenta del error, empezó a borrar de la respuesta 20 en adelante.

“The time is over”, dijo el pana del BC.

El aplicante siguió borrando y reescribiendo.

“Please, put your pencil down”, dijo casi inaudiblemente una de las chicas del BC.

“Es que tengo todas las respuestas corridas, la 21 es la 22, la 22 es la 23, y así sucesivamente.”

“Lo siento, debe bajar el lápiz”

El pana pidió hablar con la supervisora inmediatamente, y le comentó sobre su error. Ella hizo una nota, y le dijo que estaba bien, que no se preocupara.

La vaina me dio mala nota, porque es así como cuando se te muere alguien o tienes un familiar agonizando, y te dicen: “Tranquilo, todo estará bien…” y a la media hora te dicen que el enfermo se quedó tieso, pero están seguros de que murió tranquilo sin agonía.

Después de todo este parto, más haber contemplado la escena del pana, pensé que ya estaba listo para irme. De pronto, empiezan a repartir el booklet-answer del Writing test.

FUCK!!!

Debo confesar que ambas secciones del Writing eran absoluta y literalmente un pajazo. El peo era que estaba tan mamado de escuchar, pensar, escribir, recordar spelling y vocabulario,… que al final estaba físicamente vuelto una mielda.

La carta estaba dirigida a mi profesor@ de inglés, en donde le explicaba sobre un libro que no le devolví a tiempo. Tenía que explicar qué libro era, de qué me sirvió y las razones de por qué no lo retorné puntualmente.

El ensayo, era sobre la idea de algunos en construir más vías de comunicación para solventar los problemas del tráfico en las grandes ciudades. Debí explicar mi opinión al respecto.

Una vez terminado el ensayo, traté de sacar un estimado de las palabras que había escrito.

En mis practicas, mi promedio de palabras era de 8 por línea, pero en una revisión relámpago, me di cuenta que en la prueba había escrito 7 por línea en promedio, lo que a 5 minutos de la prueba implicaba una falta de 23 palabras para al menos completar las 250 que requiere la prueba.

Violentamente borré la mitad de la conclusión y la estiré unas 4 líneas más allá de lo que había escrito.

“The time is over”, dijo el pana del BC.

Sentí que si no me paraba de esa silla en ese momento, iba a dormir allí mismo.

Salí a retirar mis cosas. En la cola, me encontré con mis compañeras del curso de Christine. Se veían bastante animadas, reconociendo que la prueba es de alta exigencia.

Me clavé en el baño. La orinada no fue normal, casi me crece la chiva mientras terminaba. Cuatro horas sin ver un baño.


La prueba empezó a las 2.35 y terminó exactamente 3 horas y 10 minutos después.

La sensación al salir, es como la gente que ha estado en órbita por más de un mes, y después les toca bajarse del transbordador. Los pies están pesados, los ojos te duelen, tienes una mezcla de hambre con frio, no quieres pensar en nada, ni hacer nada.

Me reporté con la cuaima apenas pudo usar el celular.

Apenas salí, busqué un quiosco y me compré un Milky Way, a modo de reponer carbohidratos urgentemente. Me senté en Plaza Altamira, vi la fuente en el obelisco y 10 minutos después me dispuse a tomar el Metro. Como era de extrañarse estaba crowded, really crowded.

Salí de la estación, fui hasta La Estancia y me tiré en la grama en medio de una clase de yoga.

Al día siguiente, mientras estaba en el trabajo, tuve angina de pecho por más de 2 horas, la tensión me subió, después me bajó, luego me dió fiebre. Sólo después que llegué a mi casa fue que medio me empecé a sentir mejor.

Resultados:

L 7.0

R 6.5

W 6.5

Respecto a mis compañeras del curso de Christine: una de ellas sacó un Overall 6, que era lo que le faltaba en su trámite, pero a la otra no le alcanzó la marca.

Lo Bueno:

1. La gente del BC estuvo super atenta y bien dispuesta para cualquier duda o pregunta.

2. La logística estuvo muy bien planificada: formar sectores y verificar la identidad de los aplicantes.

3. No hubo que hacer colas ni esperas bajo el sol como en anteriores oportunidades.

Lo Malo (La cagada):

1. El empleo de la logística fue muy lento. La prueba empezó hora y media después de lo pautado. A este punto, la mayoría empezó la prueba agotado.

Recordar:

1. Sólo llevar el fulano lápiz, sacapuntas y la borra: MÁS NADA. Olvídese de celulares, carnets, llaves del carro, paraguas, carteras, billeteras.

Consejos:

1. Acostúmbrese a ver cómo funciona Usted en la prueba, verifique sus tiempos y ritmos, como escucha, lee y escribe.

2. Si la prueba dice que es a una hora específica, trate de buscarse un puesto para sentarse, porque en realidad va a empezar más tarde; ó llegue media hora después, total, todavía faltará mucho para empezar.

3. El día de la prueba, no trabaje. Levántese tarde, tómese una valeriana o un té tres horas antes de la prueba. No se estrese pensando en inglés, tratando de leer en inglés lo que no leyó en la última semana.

4. Si puede, vaya ligerito. Fornique la noche anterior, y descargue todas esas endorfinas a modo que la carga neuronal vaya libre de tensión.

5. Por mucho que se percine, la primera persona en la quien debe creer y tener fe, es en Usted.

6. Si Usted no es la persona que va a presentar, sino su pareja o familiar, no joda al aplicante de la prueba durante una semana antes y después de la prueba. El estrés es máximo, créanme.

Con respecto al Speaking, les comento en el siguiente post.

lunes, 19 de julio de 2010

Sweetie Pie

Ella es probablemente el medio a través del cual muchos mejoramos ese papiamento que creíamos que era inglés.

Mi primera vez en casa de Christine fue tormentosa, llegué hiper-mamado de tanto manejar. Son casi 24 kilómetros desde Sabana Grande hasta su casa, y de paso en hora pico. Me perdí en esa carretera y casi llego al Volcán. Estuve por tirar la toalla desde el primer día.

Sin embargo, apenas estuve 5 minutos con ella, y me arrepentí.

Es una de esas mujeres que se conectan con cualquier tipo de persona, elocuente, viva y alegre, siempre concentrada en lo más mínimo, y con una sutileza británica envidiable.

Observé que su estudio era algo informal, y hasta simple para el tipo de clase. Al final, concluí que era confortable y hasta agradable, rodeado de un pequeño jardín, e inundado de material para IELTS, libros de inglés, diccionarios, CD’s y cassettes.

Aun con lo lejos que vive, le viene gente de Los Teques, San Antonio, Guarenas, Guatire, La Guaira, y hasta de San Juan de Los Morros.

Ventajas:

- Conoce el inglés nativo, pues nació y se crió en Bretaña.

- No solo identifica cuáles son las fallas y deficiencias, sino como solventarlas.

- No hacen falta libros u otros materiales, pues ella provee de todo lo necesario.

- La clase es realmente económica y extensa, en comparación con otros profesores de Caracas.

Desventajas:

- Su casa es lejos, muy lejos. La vía no está muy buena.

Durante los últimos 5 años, ha despachado muchas familias para Australia y Canadá, basta contactarlos y recibirán aún mejores referencias.

Para muchos de nosotros, Christine Johnson es parte de la Visa.



viernes, 4 de junio de 2010

El primer post

En cada post que he visitado, siempre he visto que el primero está centrado en el cuento del “¿por qué nos vamos?” o del “¿por qué no me quedo?”, y se me ocurrió hacer algo diferente y es ¿qué voy a extrañar si me voy?”.

En efecto, muchos pensarían que voy a hablar de las playas, las montañas, el Salto Ángel, El Ávila, el Puente sobre el Lago, que se yo que otras vainas.

Lo cierto es que nunca me gustó la hallaca. Desde que estoy en este peo de la migración, la condenada me sabe más sabrosa. Por otro lado, jamás fui un carajo de amigotes, ni salideras, pero de pronto, comencé a disfrutar las compañías de las amistades. Finalmente, bastó que viera un post de las féminas en Australia, y de pronto todas las venezolanas me parecieron buenas. Deduzco que mientras más tengo un pie por allá, me cuesta más despegar el otro de aquí.

Eso me recuerda un viejo refrán que dice: “Uno no sabe lo que tiene, hasta que lo pierde

Una vaina que si voy a extrañar es a Chávez. No a Chávez en sí, OJO. Impelable en cada reunión o evento, hablar de él. Cualquiera que tiene pena de hablar en un coctel, fácilmente rompe el hielo hablando de lo que Chávez hizo o dijo ésta semana. Que alguien me diga de qué puedo hablar en Australia: ¿de un canguro atropellado?, ¿de un calorón en el desierto?, ya veré.

Por mi parte, siempre voy a reiterar que Venezuela es un sancocho de gente, pues encuentras de todo, aunque sólo te cautiven algunas cosas. He reflexionado y concluido, que de verdad me costará dejar esta tierra de gracia y desgracia.

Si algo bueno podré contar en Australia, es que SOBREVIVÍ. No dudo que allá me dirá un Aussie pendejo: “What attacked you?” Y le diré: “¡Toda mierda mi compadre!”: Motorizados, taxistas, policias, fiscales, choros, jefes, gerentes, suegra, inflación,… ¡Esos son peores que cada tiburón de este hemisferio!

Al respecto, debemos reconocer que el Venezolano es un ser superviviente por naturaleza, se gradúa constantemente en esa materia. No sé si cuando salga de ésta, mi jungla, voy a estar como los salvajes enjaulados, que después olvidan como cazar y subsistir en la intemperie.

Una cosa que si no quiero volver a ver en mi vida, es la viveza criolla, ésa que eventualmente se retrata en soloenvenezuela.com, ésa que ninguno que no sea venezolano podría entender.

Algunos ejemplos...



Y entonces se preguntarán ustedes, “¿qué vas a extrañar entonces?”; y sabiamente les responderé:

"Todo, y a la vez Nada"