viernes, 29 de julio de 2011

Coño, el Venezolano está pasado...


De pana que hay gente que está viviendo en la estratosfera (o más allá).

Supongo que la necesidad de escapar de la realidad está empujando a mis compatriotas (mesmos) a las redes de la fantasía y la locura. Son estos casos que me empujan a pedir el asilo australiano.

CASO 1: BLACKBERRYTIS (no aguda sino terminal)


Hasta el perro tiene un BEBÉ (como cariñosamente le han apodado en la jerga vernácula). Te preguntan 1000 veces cuando te vas a comprar el tuyo.

En estos días me dice una de esas pacientes (porque la verdad es que están enfermos): "Ok, bueno dale, te paso un ping para confirmar". O sea, la caraja ya de entrada supuso que yo tenía un BEBÉ. ¿Es que la vaina está tan generalizada así?

Tu los ves, pasan horas sentados allí, frente a la pantallita, riendo solos, murmurando cosas, y de repente... moviendo los dedos en un acto frenético sobre la bolita (o el cuadrito) o sobre las diminutas teclas. No importa el evento o el momento, no importa si están manejando, tirando o en el cine.

He llegado a escuchar de gente que viaja, solamente para actualizar la foto del PING!!! GUATAFOC!!!!!!!!!!!!

La gente piensa que es difícil, pero la verdad es que es arrecho!

Zebra Stripes Stress
Este peo de emigrar, en Venezuela, es un cancerigeno en potencia.

Entre la inflación, las tasas de interés que suben, y el sueldo que va a la inversa, sientes que literalmente te están botando. Imagínate, si de paso tienes que ahorrar para comprar los VEBONOS y canjearlos para llevarte unos pocos dólares.

Además, está la eterna preocupación de si allá vas a conseguir trabajo, empiezas a parapetar ese currículo como se pueda, un curso de una vaina, un diplomado de otra,...

No les cuento el tema del inglés, que si sabes más hablar que escribir, que no conoces los modismos, que eres lento escuchando, que no sabes el lenguaje técnico de tu carrera.

Y para cerrar con broche de platino, la eterna incertidumbre de si llegaras vivo a la puerta del avión, pues ya conoces cuentos de robos y secuestros de tu papá, tu mamá, tu vecino, tu prima,... que le quitaron el BB, que le pidieron rescate por el carro, que una viejita en el sambil le echó burundanda, que el taxista le metió mano,...

Nada más que estos 4 pensamientos, le roban (secuestran y matan) el sueño a cualquiera.



En nuestro caso (de mi esposa y mio), no tenemos chamos, algo por lo que muchos nos consideran afortunados, por el tema de que no se consiguen pañales, ni cupo en los colegios, y cuando consigues los primeros o los segundos, te cuentan que se sintieron robados por el alto costo (monetario y moral) que ello implicó.

Pero en nuestro caso, tenemos una agravante, trabajamos en un organismo público. Dioxxxxxxxxxxxx que tortura, siento que trabajo en la inquisición para Frai Tomás de Torquemada.


Ante todas esas circunstancias, no va a sentir uno ansiedad de querer irse.

El drama de los papeles o las facturas de Dante




Desde la entrega de los resultados del IELTS hasta el envío de los papeles, pasaron la BICOCA de 3 meses, y eso que ya yo había adelantado la copia del título y el syllabus (copia del pensum), que es lo que a veces tarda más.

Imagínense el drama para alguien que trabaja en organismo público, cuando tienes que pedir el job letter (carta de trabajo), el position description (descripción de cargo), una carta que certifique que te pagan en una cuenta de nómina cuyo número es XYZ en el banco fulano de tal, un balance patrimonial en dólares (ja! cómo si los tuviera!), las actas de nacimiento, acta de matrimonio, copias de cédula y pasaporte... y las perlas de la corona: los estados de cuenta bancarios.


Y es que gracias a mi banco estatal, los estados de cuenta tardaron más de un mes en ser emitido, firmados y sellados.

Si la cosa no hubiera sido con tanta tardanza, hubiese logrado meter mis papeles en Octubre en vez de Diciembre. Y todavía hoy me da arrechera, pues por míseros 2 meses de retraso, voy a tardar 4 adicionales para que me aprueben la visa, gracias a la política de Priority Groups.

Con esto es suficiente!


Tanto había sido el afán por sacar el 7, que me olvidé del sistema de puntos.

Así es, en el antiguo sistema de puntos (y digo antiguo pues desde el 01/07/11 se aplico uno nuevo), alcanzaba los 120 puntos con menos de 7 en el IELTS, gracias a mi edad. Como soy menor de 30 me tocaban 10 puntos más, por lo que no tenía que fajarme tanto en el IELTS.

De manera que la fabulosa CASE MANAGER, me dijo: "Estamos listos para entrar a DIAC, con esto es suficiente".

Yo no sabía si arrecharme, o si estar feliz, lo cierto que no tuve chance de disfrutar el momento en medio den mi confusión, pues creanme, me puse como energúmeno a revisar las listas de puntos a ver si de verdad podía entrar.

De ahí en adelante, lo que venía era buscar papeles.